Las empresas no son agentes consecuencia de la economía moderna, ya existían, con otros
nombres y funciones diferentes, en las culturas antiguas. Con la Revolución Industrial se inicia su crecimiento acelerado y alcanzan su máximo desarrollo en nuestra época, especialmente en el sistema económico capitalista.
Globalmente la empresa es un sistema que integra un conjunto de elementos o subsistemas
(humano, técnico, financiero, …) interrelacionados entre sí para intentar conseguir los objetivos empresariales. Podemos establecer diversas definiciones de Empresa (bajo la óptica del libre mercado) atendiendo a diversos aspectos:
Aspecto económico-financiero: La empresa realiza la función de crear riqueza para retribuir a los factores productivos, contribuyendo al desarrollo económico de la sociedad.
Aspecto jurídico-mercantil: La empresa está constituida por un patrimonio adscrito a un fin mercantil -con ánimo de lucro- y genera relaciones contractuales con agentes externos e internos -accionistas, trabajadores, clientes, bancos, Administración Pública, etc.
Aspecto tecnológico-productivo: La empresa combina factores de producción que permiten la creación de bienes y servicios demandados por la sociedad o el mercado.
De las múltiples definiciones de empresa, cabe destacar dos:
- “Unidad básica de producción que trata de organizar con eficiencia los factores económicos para producir bienes y servicios para el mercado creando valor y con ánimo de alcanzar ciertos objetivos” (enfoque económico).
- “Conjunto de elementos humanos, técnicos y financieros, ordenados según determinada jerarquía o estructura organizativa dirigidos por una función directiva o empresario” (enfoque administrativo).
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